viernes, 21 de octubre de 2016

René Avilés Fabila. Microcuento


Bailarina",

Estoy profundamente enamorado de una bailarina. Su tez es blanca, pálida, piel suave y tersa, piernas hermosas y senos pequeños, labios rojos y los ojos oscuros, como sus cabellos largos y sedosos. Su cuerpo esbelto gira y danza vestido con mallas negras, lo mismo música de Tchaikovsky que rock and roll. Ignoro si me corresponde, si ella siente algún afecto por mí. Parece un enigma desentrañable. Me mira tristemente y nunca ríe, en ocasiones me dedica una sonrisa apenas esbozada, cuando en la soledad de mi casa se le termina la cuerda y vuelvo a guardarla en su caja de cristal.


La pareja dispareja

Era una pareja de varones homosexuales. Realmente era dispareja: Jorge, joven y guapo; Marcos, feo y viejo. Esa noche decidieron ir a una fiesta de disfraces. Ambos optaron ir como Dorian Gray: el primero era el personaje, el segundo su retrato.


El crimen perfecto.

¿ El crimen perfecto? dijo a la concurrencia el escritor de novelas policiacas-es aquel donde no hay a quien perseguir, donde el culpable queda sin castigo; es, desde luego, el suicidio.

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