viernes, 7 de octubre de 2016

Diablo con cola de reptil


Tengo la tentación de tomar un trago para embrutecerme un poco;  recordé la frase de Oscar Wilde sobre  el Vicio supremo es la limitación del espíritu. Estoy ansioso, eso de evadir las cosas se que es tonto pero hoy tengo permiso de meterle mano a la luna.

Cuando estoy tomado hay una suerte de escuchar a mis demonios, esos que me siguen cuando suelo ser demasiado correcto. No es mi estilo deambular por las calles y mucho menos convivir exclusivamente con este hombrecillo que me invita a pararle bola. En estas ocasiones, no hay amigos, esta  vez su voz era tan fuerte y mi realidad tan lacerante que me daba igual si era corriente mirarlo en el reflejo de los autos y su cola de reptil sissageando  cerca de mis pasos

Quería ver a Miram que vive cerca de casa para compartir con alguien mis congojas, pero luego escuchando a este cabrón, reconocí que es de hueva ir por la vida esperando que alguien entienda si vos mismo no te logras entender. Tenía un par de cosas clavadas en la mente: una que acaba de ser su cumpleaños y habías salido con la pelotudes de hablarle de amor, de nuestros espíritus entrelazados, ahora sé que todo era sobre la chingada

En mi historial siempre prevalecía lo dionisiaco, el hoy ahora, el jamás reflexionar en el ejercicio del placer y por primera vez en mucho tiempo  habías admitido que era lícito pensar que seria bueno envejecer con alguien.

La gente como vos, su naturaleza es nocturna, obedecen a sus instintos, al deseo a ver a la mujer como un plato de nunca saciarte

Lo escucho y siempre digo no sabe nada, esto es más parecido a una condena que a una suerte. El saber que sucumbes ante los caprichos de la carne y tener con quien desahogarte se ha convertido como ir a orinar después de tomar varias cervezas. El que toma coge y jamás intimido por más de tres ocasiones con la misma mujer,  no logro dormir jamás a gusto con nadie; que se hace.  Qué hay de malo en querer revertir mi suerte con esta vieja, no es ni bonita, ni siquiera sofisticada no se parece en nada a tus mujeres de previo y en su simpleza esta su gracia.

Mira mi cabrón entre al table dance pagas a la mejor vieja, te olvidas de hincharme las pelotas y jamás vuelvas a traicionar tu naturaleza. Ve tómala y te la sacudes bien, porque solo así sabes operar, eso de enamorarse es para débiles, tú solo toma lo que te gusta y luego vótalo para ir por la siguiente.

Entre y sin aspavientos le dije al mesero que fuera por Valeria y por Arleth. En lo que esperaba mire a mi igual en mujer. Se llamaba Patricia, hace dos semanas que no la miraba, le gustaba nalguear y cogerse a las mujeres. Estaba drogada y sin cruzar dos palabras con ella me senté y ella se monto encima de mí.

Abrí los ojos y al levantarla con mis manos por sus nalgas mire la cola del hombrecillo y por el espejo logre mirar que mis manos eran garras y de mi boca salía una lengua de reptil.

Luego vi el rostro de Viviana y su cuerpo era el de ella y todas las putas que venían a nuestro encuentro se acercaban en modo de veneración de una diosa que embrujaba y que me hacia contener el aliento.

Lo primero que recuerdo en mi resaca del día anterior es como me incorpore y tire a Patricia, como fui expulsado por los changos de seguridad, tenia golpes en mi costilla y malestar en el cuello.

Esta vez no estaba el hijueputa que me llevo hasta ahí, Viviana entro por la puerta y me dice que si ya me siento mejor. ¿Qué estaba haciendo esta cabrona aquí ?,  Con solo invocarla es lo que logro recordar; en el taxi venia recitando un verso de Eduardo Galeano de tener una mujer atravesada entre los parpados, si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atrasada en la garganta.

Ella me contó que me encontró drogado en casa, incisiti en llevarla a un motel y que ella al rehusarse admitió llevarme a un table dance para que se me bajara la resaca.


Que me había golpeado el taxista cuando veníamos de regreso por  agredirlo por mirarla. Estaba confundido y le pedí que me bañara, cuando entramos a la bañera una vez más tenia la cola de reptil y su lengua peinándome por la espalda, tenia senos y escamas. Esta vez no pedí explicaciones solo le pedí la raya.

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